Serie Australia I: Blue Mountains

El Parque Nacional de las Blue Mountains, Australia




Tres hermanas, Meenhi, Wimlah y Gunnedoo, esperan a su padre, el brujo Tywan, mientras él desciende silenciosamente al valle por el que el terrible monstruo bunyip vive. De repente, un ciempiés aparece y Meehni asustada tira una piedra que cae entre las rocas hasta el valle y enfurece al bunyip, quien abre la tierra detrás de ellas haciéndolas caer. Cuando Tywan ve al bunyip escalar para atrapar a sus hijas, él decide con su hueso mágico conventirlas en rocas pensando que eso alejará al bunyip, pero el monstruo sale persiguiéndolo obligando al brujo a utilizar una vez más el hueso mágico y salir volando transformado en una magnífica ave Lira. El bunyip finalmente se desalienta y se va, pero al transformar sus brazos en alas, Tywan pierde el hueso en el valle y es incapaz de encontrarlo de nuevo. Desde entonces Tywan convertido en ave rebusca entre los palitos del suelo su hueso para poder volver a convertir a sus hijas, que lo observan desde lo alto, en humanas otra vez. 

Ave Lira
La primera vez que Loulou y yo escuchamos al ave Lira fue caminando por las pasarelas de madera que atraviesan parte del valle y de la montaña tras descender por el tren más inclinado del mundo, atracción obligada si visitas Katoomba, pequeño pueblo de las famosas Blue Mountains, un increíble parque natural a tan solo una hora de Sídney. Caminando entre gigantescos eucaliptos con un horizonte recortado por unas montañas de curiosa forma y color, nos pareció escuchar algo entre los arbustos. Y allí estaba, este ave con su larga cola rebuscando en el suelo. Apenas dio signos de alertarse por nuestra presencia, simplemente siguió eligiendo de forma sistemática algun palito o piedra para luego descartarlo, tirarlo a un lado y seguir su camino. Por aquel entonces, ni Louou ni yo sabíamos su historia, así que nosotras también seguimos nuestro camino, montamos en un teleférico que te lleva de una montaña a otra y abre a tus pies parte del inmenso valle y una de sus cascadas, y caminamos otro poco para visitar otro de los puntos más turísticos del parque: Las tres hermanas. 


Las Tres Hermanas; las rocas que dieron origen a la leyenda.
Una de las Tres Hermanas


Tres enormes rocas similares se introducen timidamente en el valle. Si te acercas a ellas verás que tienes unas escaleras casi tan inclinadas como el tren que te suben a la primera de ellas y te permiten observar el valle desde su misma posición. Si eres de los deportistas, puedes tomar esas escaleras y descender a pie hasta la falda de la montaña. Los pros: las vistas son preciosas; los contras: el dolor de piernas durante una semana tras subirlas de vuelta. Yo ya lo había hecho en una ocasión, no por deportista ni mucho menos, sino por ignorancia. Algo debió de advertirme mientras veía subir sin aliento a gente preparada con bastones y ropa de deporte. Pero la absurda esperanza y un novio algo cabezota me hicieron continuar hasta abajo. Mientras subía de vuelta no podía parar de pensar en el nombre de unas escaleras que una vez subí en Edimburgo hace años que se hacían llamar las escaleras del infierno. Os podéis hacer una idea del porqué. 







La segunda vez que escuché al ave Lira fue tras ir en autobús hasta las cascadas de Wentworth, en otra parte del parque. Veníamos de ver las cascadas desde lejos tras coger el camino corto y quedarnos con ganas de haber tenido tiempo de hacer alguno de los increíbles paseos que se pueden hacer para llegar a ellas. Pero el sol había empezado a ocultarse tras las montañas y había empezado a hacer uno de estos trucos que hace con sus rayos pintando los precipicios de naranja y el cielo de un tenue rojo y morado y por supuesto, por si lo dudabas, las montañas de azul. Y no pudimos evitar quedarnos algo más de lo debido intentando captar ese momento con la cámara. Así que mientras la temperatura bajaba y mirábamos desesperanzadas nuestros movíles a punto de quedarse sin batería dejándonos sin GPS, sin la dirección de la estación de tren o el pueblo más cercano, linterna, reloj… (ya sabéis, todos esos pequeños detalles de los que la modernidad nos ha hecho indefensos sin ellos), dos aves liras cruzaron el camino haciendo ruido detrás de nosotras. Cuando me giré y las vi mirándonos, recordé la leyenda, ahora ya conocida, de la formación de las tres hermanas. Y ya sea la leyenda original o no, o incluso si es un simple cuento para los turistas, y a pesar de que nuestra historia acabó mucho mejor, en aquel momento no pude evitar pensar como la imprudencia nos había dejado varadas a ambas mirando al mismo valle. Pero a pesar de todo, también pensé, si se pudiera escoger un lugar al que mirar para siempre, pocos podían ser mejor que las espectaculares Blue Mountains. 




Consejos si vas a visitar las Blue Mountains desde Sídney:

Cómo llegar: encontrarás varias formas por internet, si eres como yo, de las que prefiere no complicarse, y además no sabe conducir por la izquierda como para alquilar un coche, la más fácil es en tren. Desde Central Station busca un tren con parada en Katoomba, puedes pagar con la Opal Card, la tarjeta de transporte si te quedas en Sidney que ya explicaré en otro post. Desde la estación de tren puedes preguntar por el bus urbano que te lleva hasta bien echo point (donde están las tres hermanas) o al Scenic Railway y Skyway (donde se encuentran el tren y el teleférico más inclinados del mundo) o ir en uno de los buses turísticos más caros. Yo fui andando, pero te lleva un media hora desde la estación. Ambos puntos están conectados por un teleférico con el suelo de cristal y un pequeño paseo.

Ve con tiempo y prioriza: si eres de los que les gusta andar y la fotografía, querrás hacer los miles de paseos que el parque ofrece. Pero es imposible a menos que te quedes más de una noche. Ve temprano, elige en internet qué paseos quieres hacer y ve a buen ritmo, créeme, antes de que te des cuenta el día se estará acabando. Si tienes tiempo, no te pierdas las cascadas de Wentworth (cuyo nombre es muy apropiado), en ambas ocasiones lo dejé para el final, y me quedé con ganas de explorarlas por más tiempo. Puedes ir en un bus desde el centro de Katoomba, y luego tiene estación de tren para volver a Sidney. 

Y por supuesto LLEVA EL MOVIL CON MUCHA BATERÍA: o en su defecto hazte con un mapa del pueblo de Katoomba y la zona de Wentworth desde las cataratas hasta la estación de tren con los horarios. El tiempo se te pasa volando, y estás en medio de la nada y casi no hay luz. Nunca está de más ser precavido. 

Poco más te puedo decir aparte de que prepares la cámara, ropa de abrigo, buenos zapatos para caminar y te maravilles entre las Blue Mountains. 











Colibrí

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