Directores: Dorota Kobiela y Hugh Welchman
Guion: Dorota Kobiela, Hugh Welchman y Jacek Dehnel
Reparto principal: Douglas Booth, Saoirse Ronan, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, Chris O'Dowd, Jerome Flynn, Helen McCrory
Género: Animación/Histórica
Duración: 94 minutos
Puntuación: 8
Las películas de animación siempre se han hecho dibujando a mano, hace relativamente poco que el arte digital reina, pero es la primera vez en la historia del cine que se hace una al óleo. No estamos ante una obra maestra, estamos ante un conjunto de ellas. Es una maravilla ver cómo los cuadros se van sucediendo, ir reconociendo a los actores detrás del filtro del estilo de Van Gogh. A veces la sensación es más de estar viendo stop motion. Sólo la idea de saber que son todo cuadros, abruma. ¿Conocéis ya Loving Vincent?
Pecas
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Las películas de animación siempre se han hecho dibujando a mano, hace relativamente poco que el arte digital reina, pero es la primera vez en la historia del cine que se hace una al óleo. No estamos ante una obra maestra, estamos ante un conjunto de ellas. Es una maravilla ver cómo los cuadros se van sucediendo, ir reconociendo a los actores detrás del filtro del estilo de Van Gogh. A veces la sensación es más de estar viendo stop motion. Sólo la idea de saber que son todo cuadros, abruma. ¿Conocéis ya Loving Vincent?
La historia gira entorno a las extrañas circunstancias de la muerte del pintor. Comienza un año después del suceso, cuando el cartero Joseph Roulin, amigo de Vincent, incapaz de hacer llegar una carta de Van Gogh a su hermano Theo, le pide a su hijo Armand que lo localice él mismo y se la entregue. Sin querer realmente hacerlo, el hijo acepta y descubre que una retahíla de personas que conocieron al artista se contradice sobre su estado mental antes de su muerte y sobre cómo sucedió todo en realidad.
Es sin duda una trama interesante. Creo que queda un poco floja si no se conoce nada de la vida de Vincent Van Gogh previamente, o, dicho de otra manera: creo que se disfruta mucho más si ya se sabe algo de él. Pero la película es suficiente para adivinar su personalidad especial y su sensibilidad. El pintor cumplió todos los requisitos para ser el perfecto artista bohemio: medio loco, pobre y aislado, con una percepción del mundo diferente a los demás, encandilando a algunos, espantando a otros, sin un público que reconociera su obra en vida, pero maestro indiscutible tras su muerte. Loving Vincent consigue captar esa aura.
Junto a Armand, que va experimentando un cambio profundo en sus pensamientos a lo largo del filme, entramos brevemente en la vida de Van Gogh y vemos el mundo un poco más parecido a como lo veía él. Pienso que sumergirnos en esta historia con la estética de Vincent nos ayuda a comprenderlo mucho mejor.
Os la recomiendo mucho aunque no estéis interesados en él. Es un regalo visual, aparte de un nuevo punto de vista sobre su vida.
Está nominada a Mejor película de animación.
Pecas
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