Paula, de Isabel Allende

Número de páginas: 383 
Género: Novela autobiográfica
Puntuación: 10
¿A quién se lo recomendaría? A cualquier amante de la prosa latinoamericana, del realismo mágico



Seguramente ya conozcáis el argumento esta vez. No es un libro nuevo e Isabel Allende no es ninguna desconocida, así que a poco que sepáis de ella, sabéis también qué pasa en el libro. Es un relato precioso y conmovedor, lleno de amor y dolor. Por si acaso no lo conocéis, sabed que no es ficción, es su autobiografía narrada a su hija que cae gravemente enferma, es su forma de tratar de atarla a la vida contándole su historia.

Personalmente, necesitaba una reconciliación con la autora. Lleva siendo de mis favoritas desde la adolescencia, cuando la descubrí en La ciudad de las bestias, pero últimamente me había decepcionado muchísimo. Mucho más que muchísimo, ¡horrores! (Si queréis seguir queriéndola, no os acerquéis a El juego de Ripper ni a El amante japonés. Aún no me he atrevido a leer Más allá del invierno, publicado el año pasado, ¿alguien me ayuda?). Así que me fui a por algo más seguro y antiguo y me encontré con Paula.

Es probablemente el libro más triste que me haya leído nunca. Y no está escrito de forma dramática. Me pareció sorprendente, de hecho, la capacidad de Allende de alejarse un poco de los hechos, de convertirlo todo en historia y de incluir su propia vida en una novela que lleva el nombre de su hija. Escribe con pasión y con mucho amor, se desnuda con la esperanza de amarrar a Paula, sin miedo a descubrir todos sus defectos, sus experiencias y sus miedos, casi exponiéndolos orgullosamente para intentar atraer a su hija. 

Entiendo el libro como una limpieza personal, una purificación, preparándose para dejar atrás todo lo malo y dar lo mejor de sí misma. Un ritual que empieza en un hospital de Madrid como un intento desesperado de cura y de esperanza. La autobiografía se mezcla con cartas a Paula, con una descripción detallada de sus sentimientos y con la evolución inevitable de la desesperación a la resignación.

Me parece un libro magnífico pero muy duro. La noche que lo empecé me quedé en el sofá leyendo hasta las cuatro de la mañana, y sólo me fui a dormir porque no quería ni podía llorar más. Y sí, yo soy bastante dramática y llorona, pero aun así. Las historias reales siempre tienen ese punto más de drama.

Espero animaros a leerlo con este post, ¡y no lo contrario!

Pecas

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